Mar

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lunes, 18 de enero de 2010

Un regalo

Observa



Sopla

Enero

Un mes que en su cinco letras borra el tiempo y dibuja un inicio. Los abrigos llegaron a mi puerta, sin ganchos, volando y bien planchados.
Puedo decir que este año no he llorado (si es o no cierto, no importa... puedo decirlo).
Llega el frío, el blanco y el hielo forra las paredes. Los sillones se vuelven más bonitos y los cojines se vuelven anfitriones. Mi café es más cargado en enero, duermo menos y sueño más. En enero se duerme “juntos”, más pegados, pero al mismo tiempo es enero el que congela los lazos y mata al alcatraz que un día me regalaron.
Enero me vuelve más vieja, me trae regalos y me da las alas de un año, los plumones para dibujar semanas, las nubes de muchos días y el paragüas que fingirá protegerme de la lluvia.