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lunes, 25 de febrero de 2013

Lista de una cosa

Ella ya no quería respirar el mismo aire, últimamente sus pulmones estaban llenos de polvo y en su garganta se habían alojado algunas bolitas, ya duras, de lodo. Le costaba trabajo respirar, necesitaba espacio y probablemente un beso.

Decidió tomar precauciones para ya no toparse con el mismo aire de frente, tan directo, (esta lista también fue considerada para aumentar las probabilidades de dar un beso).

1- Ya no caminaría por ningún lugar por el que hubiera caminado antes.

Regla #1

Ella estaba cansada de haber estado tirada en el piso tanto tiempo. Por lo tanto, de ahora en adelante: sólo subiría escaleras, nunca las bajaría.

sábado, 23 de febrero de 2013

Mudanza

El departamento era todo lo que hubiera podido pedir: tenía una mesa de madera y lugar para sus libros. Un tubo que iba de extremo a extremo del departamento, perfecto para colgar vestidos. El colchón era de esos en lo que se puede saltar y sentir que vuelas. Casi inmediatamente ella llenó el departamento de macetas y floreros, incluso las tazas de té se volvieron hogar de flores rarísimas. ¡El baño era enorme! Contaba con una tina vieja y un espacio que podía ser utilizado como vestidor, casi todas las paredes eran adornadas con espejos y alguno que otro cuadro olvidado por el dueño anterior. La cocina era verde y contaba con un aparatito que convertía las naranjas en jugo. Ella era del tipo de mujer que no necesita mucho para sonreír: una toalla gorda para secarse después del baño, su edición especial del Principito, lechuga y flores moradas en la mesa. ¡Ese departamento parecía hecho a su medida!

El único detalle es que no se podía hablar dentro de él.

No es que no se escuchara la voz, simplemente era una regla que se había puesto mucho tiempo atrás y que había que respetar. A ella no le importaba, pero se quedó pensando en la vida de una pareja con niños en la que la mamá no puede gritar que se sienten a comer ya, ahora, en este momento y todas las verduras; y la vida de los niños que no pueden decir después; y la vida del marido que no puede decir ahora ni pásame la sal.

La idea le robó una sonrisa; su infancia estaba cargada de tantas voces que le costaba trabajo recordar las caras y los besos. De repente se sintió profundamente feliz, era el lugar perfecto para su nuevo inicio.

Lo bueno de estar sola es que no necesitas cargar con palabras y la vida se vuelve más liviana.

Diario de una nueva vida


Porque hay días en los que hay que volver a empezar.


Las siguientes entradas tratarán de "ella" y de sus intentos de hacer todo otra vez.