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domingo, 26 de mayo de 2013

Aprender a soltar

(Poema para leerse en voz alta)

Si nuestra historia fuera una línea no tendría sentido. Iría y vendría, daría miles de vueltas, trataría de ser parte de otras líneas pero nunca podría dejar la cola que ya tiene detrás. Si nuestra historia fuera la línea que un lápiz dejó en el papel, el sinsentido quedaría gráficamente plasmado pero nadie entendería qué clase de línea es. O qué dibujo quería llegar a ser (las líneas siempre buscan ser algo más).

Una línea, dice la Real Academia de la Lengua Española, es una sucesión continua e indefinida de puntos en la sola dimensión de la longitud. Una historia que se cuenta en sucesiones continuas de puntos, como la nuestra, es una historia que nunca podrá soltar su pasado, no podría porque dejaría de ser línea y se convertiría en un punto. O en nada.

Por eso, soltarte significa dejar de ser esa historia ya plasmada en un papel para convertirme en el inicio (un punto) de otra línea, que puede o no, convertirse en otra cosa: una boa tragándose un elefante, quizá.

Soltarte es soltarme y no puedo. Es una de esas pocas cosas que sé, con certeza, son verdad. (También sé que es algo tristísimo).

Así que si un día te das cuenta de que eres un punto solitario, sin nada detrás y con una trayectoria incierta, no te preguntes ni dramatices el porqué. Simplemente significa que tú sí pudiste soltarme y que yo tendré que inventar otra forma de explicarnos.

Llorar en la regadera

(Poema para leerse en voz alta)


Quiero bañarme para poder llorar; llorar en público es demasiado complicado y la regadera siempre se preocupa por crear un ambiente propicio para el llanto.
Cuando lloras en la regadera no tienes que preocuparte de las lágrimas, si caen o no, el ritmo y la frecuencia en la que caen, ¡nada! Tampoco tienes que preocuparte por hacer los gestos de dolor, tipicos del llanto en público, creíbles. No, llorar en la regadera es mucho más intimo. Es llorar contigo misma sin la presión de que el maquillaje se corra estéticamente, de la posición que tu cuerpo adopta, del hombro en el que tu cabeza se va a recostar. Llorar en público requiere un alto nivel de concentración y atención a los detalles. ¡Es agotador!

Por eso yo lloro exclusivamente en la regadera, para concentrarme en ti y no en mi forma de llorar.

Necesidad de gritar

Las siguientes entradas tendrán que leerse en voz alta respetando siempre los signos de puntuación. O no.