Estoy esperando que los días se sientan diferentes, que el aire sepa dulce y la tierra adquiera tintes de amarillo con naranja. Estoy esperando que respirar no duela y que al exhalar, ese olor de mandarinas, invada mi cuerpo y saque el humo de tristeza que me ataca en estos tiempos. Tiempos de fruta podrida y pestilente, fruta gris que sabe amarga y no provoca ese gusto… tan de mandarinas.
Estoy esperando que esas semillas, que planté hace un año, germinen en bolas llenas de gajos, poemas y cuentos que pintan un día no tan malo.
En espera de tiempos más coloridos, donde una casa roja se riegue con el líquido jacarandesco del árbol de enfrente; tiempos más jugosos, más mojados (mojados no de sal, sino de mandarinas).
(imaginar una mandarina)
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ResponderEliminarEliminé el comentario anterior, porque te puse una liga y me di cuenta que la liga estaba rota. El asunto es que quiero recomendarte el disco Son Mandarinas, de Sonia Peña. Apenas nos veamos, te paso una copia.
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