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miércoles, 25 de agosto de 2010

Días de pestañas caídas

Hay días en los que una se despierta sin nociones. Hay días…
Cuando el sueño que viviste se vuelve borroso, difuso, neblinoso, cuando el sueño se pierde cual kilómetro de una carretera olvidada y sin destino. Hay días en las que simplemente no se sabe, no se entiende, no se quiere. Días sin fecha, días perdidos en inventos de noche, en callejones de luciérnagas. Un rayo de sol que se extravía en la taza de café que no despierta.
Días en los que no importa enchinarse las pestañas y ponerse los tacones que levantan el ánimo no sirve. La secadora de pelo moja con sus lágrimas, y las planchas histéricas arrugan los vestidos de flores marchitas que apenas ayer estaban en primavera.
Hay días en los que caminar resulta ajeno y el azúcar sabe a sal; días en en que subir escaleras no te lleva a ningún lado y bajarlas te lleva a pensar en alguien que no existe. Un muerto, quizás.