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jueves, 23 de febrero de 2012

Entre la silla y el techo

Querer escapar de lo gris, del polvo, de ti, de él, de todo.
Querer irme y entender, de una vez por todas, que no tengo alas.
Al menos no de esas que te llevan a lugares altos (tan altos, que te esconden de todos los que sólo pueden ver hasta la punta de su nariz). En mi espalda no existe eso. En su lugar hay dos cosas, que pueden o no, ser llamadas plumas. No me llevan lejos, a lo mucho al techo y ese no es un buen lugar para esconderse; La gente te ve raro y las lágrimas caen tan cerca del sentimiento que las acompaña, que sólo un idiota las confundiría con lluvia.

2 comentarios:

  1. Cuando quieras, yo vivo en un piso 5. No es taaaaan alto, pero hay café y galletas con dulce de leche. :)

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  2. Y esa es una invitación que definitivamente quiero aceptar :)

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