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sábado, 23 de febrero de 2013

Mudanza

El departamento era todo lo que hubiera podido pedir: tenía una mesa de madera y lugar para sus libros. Un tubo que iba de extremo a extremo del departamento, perfecto para colgar vestidos. El colchón era de esos en lo que se puede saltar y sentir que vuelas. Casi inmediatamente ella llenó el departamento de macetas y floreros, incluso las tazas de té se volvieron hogar de flores rarísimas. ¡El baño era enorme! Contaba con una tina vieja y un espacio que podía ser utilizado como vestidor, casi todas las paredes eran adornadas con espejos y alguno que otro cuadro olvidado por el dueño anterior. La cocina era verde y contaba con un aparatito que convertía las naranjas en jugo. Ella era del tipo de mujer que no necesita mucho para sonreír: una toalla gorda para secarse después del baño, su edición especial del Principito, lechuga y flores moradas en la mesa. ¡Ese departamento parecía hecho a su medida!

El único detalle es que no se podía hablar dentro de él.

No es que no se escuchara la voz, simplemente era una regla que se había puesto mucho tiempo atrás y que había que respetar. A ella no le importaba, pero se quedó pensando en la vida de una pareja con niños en la que la mamá no puede gritar que se sienten a comer ya, ahora, en este momento y todas las verduras; y la vida de los niños que no pueden decir después; y la vida del marido que no puede decir ahora ni pásame la sal.

La idea le robó una sonrisa; su infancia estaba cargada de tantas voces que le costaba trabajo recordar las caras y los besos. De repente se sintió profundamente feliz, era el lugar perfecto para su nuevo inicio.

Lo bueno de estar sola es que no necesitas cargar con palabras y la vida se vuelve más liviana.

4 comentarios:

  1. No sé qué decir. Me da miedo decir cualquier cosa. Ante la belleza sólo es digno el silencio. Sólo hay un detalle que me confundió: ella imagina a una familia donde la mamá no puede gritar a sus hijos que se callen. ¿Pero cómo? ¿Los niños, por ser niños, rompen la regla? No me quiero meter en donde no me llaman, pero se me ocurre lo siguiente: "...pero se quedó pensando en la vida de una pareja con niños en la que la mamá no puede gritar que se sienten a comer ya, ahora, en este momento; y la vida de los niños que no pueden decir después; y la vida del marido que no puede decir ahora."

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  2. ¡Gracias! A lo que quería llegar era la frustración de una madre que no puede callar a sus hijos porque ellos tampoco emiten sonido. Pero tu idea también suena bonita y creo que me gusta más, así que probablemente la robe. :)

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  3. ¡María, lo cambiaste! ¡Ay, qué pena! Ya que me explicas a lo que querías llegar, me siento tonto por haber propuesto ese cambio. En 2113, uno de tus descendientes le dirá a uno de mis descendientes (durante el homenaje a María MM en el Palacio de Bellas Artes): "Pues yo pienso que el manuscrito original de Mudanza es mejor. El cambio que tu tatarabuelo le sugirió a mi bisabuela no me convence". Y mi tataranieto dirá: "¡Ya no le des vuelta, María, por favor, qué pesada te pones! En la nueva edición de las obras completas de tu bisabuela viene una nota a pie de página; en ella se transcribe el fragmento original".

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  4. Que manera de arruinar un texto y con ello casi todo un blog.

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