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lunes, 31 de enero de 2011

Proceso de construcción

(porque hay noches en las que hay que construir)


Empezar con limpiar lágrimas pasadas (hay una cubeta especial para eso que cabe perfectamente en lo más profundo del closet y se consigue es cualquier tlapalería).
Recorrer los cajones de la conciencia (normalmente están llenos de polvo de recuerdos: hay que quedarse sólo con los bonitos y uno o dos malos que recuerden el porqué hay que volverse a construir).
El siguiente paso es complicado pero con un poco de esfuerzo se puede lograr: hay que quitarse las plantas de los píes y sustituirlas por nuevas que estén dispuestas a encontrar nuevos caminos (quedarnos mucho tiempo con las mismas puede resultar en nuestra contra porque suelen hacerse de rutinas)
Inmediatamente después hay que sanar los raspones de las rodillas, ponerles un poco de crema y decirles dos que tres palabras lindas (hay que tener siempre a las rodillas contentas).
Después hay que vaciar el estomago de las mariposas muertas para dejar espacio a las nuevas. Jarabe para que la voz no esté ronca. Se recomienda comprar lentes (los hay es versión invisible) de perspectivas diferentes y el toque final es cepillar el cabello (un cabello cepillado siempre ayuda).


*El proceso nunca dura lo mismo; a veces toma una noche y a veces cincuenta. Lo que sí es que hablar con alguien (de preferencia de confianza) siempre ayuda a entender cuándo es importante empezar.

2 comentarios:

  1. Y barrer el rastro de migajas del camino, no sea que nos sintamos perdidos en nuestra nueva constucción y la dejemos abandonada.

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